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SUSURROS DEL CORAZÓN

Título original: Mimi wo sumaseba
Director: Yoshifumi Kondo
Guión: Hayao Miyazaki
Música: Yuji Nomi
Producción: Toshio Suzuki
Estudio: Studio Ghibli
Año: 1995
Duración: 111 minutos

Shizuku Tsukishima es una adolescente aficionada a la lectura que tiene como plan pasar sus vacaciones de verano leyendo en la biblioteca y traduciendo canciones extranjeras. Para su sorpresa, sus planes dan un giro cuando descubre que hay un mismo nombre, Seiji Amasawa, en las fichas de los libros que coge en la biblioteca. Un día en el tren, se encuentra con un gato misterioso que le llevará a la tienda donde Seiji trabaja como aprendiz de luthier. Seiji le cuenta a Shizuku que su sueño es llevar su arte a Italia, animándola también a escribir libros. A partir de entonces, Shizuku y Seiji se prometen que estarán siempre juntos.

La prematura muerte de Yoshifumi Kondo representó el más terrible revés que ha sufrido Ghibli. Llamado a conformar, junto a Takahata y Miyazaki, la base de los estudios Ghibli, Kondo alcanzó la perfección en Susurros del corazón, un filme que se adentra sin temblar en el mundo de los sentimientos y la memoria sin incurrir ni en el sentimentalismo ni en lo facilón.

De no ser porque la historia nos es narrada con los dibujos característicos de Ghibli, estaríamos hablando de uno de esos inmensos monumentos a la comedia sentimental sólo al alcance de los mejores cineastas de todos los tiempos. Ecos de David Lean, Douglas Sirk y Max Ophüls pueden percibirse en la que sin duda es una de las más extrañas joyas servida por un cineasta inmenso.

Fallecido justo después del estreno de La princesa Mononoke de Hayao Miyazaki, a causa de un aneurisma probablemente provocado por un exceso de trabajo, la muerte de Yoshifumi Kondo dejó conmocionado al creador de Mi vecino Totoro, quien presintió que quizá era el tiempo de jubilarse, cosa que felizmente no hizo.

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